lunes, 18 de febrero de 2008

Caja de cambio, desde punto muerto.

Igualmente siento un perfume conocido siempre, depende de la situación cambia, pero siempre alguno de esos olores vuelve.
Esta noche soñé, después de tanto tiempo de sueños en negro, soñé de esos sueños altamente reales, en los que pareciera que me hubiera transportado hasta ahí, sentía las temperaturas, las texturas, los olores, todo.. todo. Situaciones que hoy me marcan un poco, y que las viví (en los diferentes sueños que tuve durante la misma noche) como un recuerdo de algo que nunca pasó. Cuando me desperté tenía la sensación impresa en la piel de lo que me había ocurrido.
Anoche, una gran noche catártica, que sin dormir también me trajo algunas sensaciones ya conocidas, entre amigas y el concierto de Gillepsi (ansioso reencuentro después de tanto escucharlo en la rocka en horarios noctámbulos), y esa musiquita jazzera con color a otros días, y el clarísimo perfume de una época de glorias que me abrazaba, logró purgarme de toda esa mufa inexplicablemente terrible que me venía acosando desde hace meses, y que en esta semana pasada terminó por estallar. En consecuencia, luego del relajado encuentro con mis queridas y el loco de Gillepsi y Mariano Otero, los sueños.
Que bueno, venía en punto muerto (explicar que significa en mi vida el "punto muerto" es un capitulo aparte), pero antes de llegar a 4ª hay que pasar por otras modificaciones.
Mi palanca de cambio está alerta, finalizó una etapa, que no sé como denominarla, y empieza otra, que tampoco podría ponerle un nombre, pero que son claramente diferentes.

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