miércoles, 19 de marzo de 2008

Bosquejo.

Si, es casi como un secreto, hasta para mi misma. A veces me creo las mentiras de los juegos sociales, y los deseos prefabricados. Pero que belleza, que única belleza, la de desear el silencio.
En los sonidos existe, también, ese silencio que provoco, que quiero.
La soledad que me propongo, tan luminosa y tan obscura, desearla como la mujer más hermosa que existiese. Besarla, enredarse con ella.
Esta es la verdad, el silencio cantante, el silencio excitante, el silencio meditabundo.
Mi soledad también inquieta, que no para, que se mueve, que sale, que entra, que respira, que se nutre, que no habla sino por las manos y los gestos.

1 comentario:

Marian dijo...

Creo que ambos queremos enroscarnos y desear a las mujeres...
Ser serpientes y a veces solo seguidores.
Pero estamos enamorados de la soledad, que problema.
Mas cuando se enamora de otra persona y esa persona le responde (¿y donde va la soledad se dira?)

no voy explicar solo esta.


Otra cosa no me gusta la gente que responde en mi blog lo que escribo en los de los otros. Es maravilloso averte cruzado, pero es una cosa que pido porque la demas gente se confunde y me quiere matar... (eso todo en mi cabeza obvio)