De las veces que tengo ataques de autoconvencimiento, pocas tienen resultados positivos. La mayoría terminan en la más terminante y terrible finalidad de un algo.
Esta vez no creo que sea diferente, pero siempre hay un margen.
El autoconvencimiento en mi funciona como un alerta, las siempre presentes ganas de continuar algo que no debe continuar, el esfuerzo por desnaturalizar el fin, llevándolo a un plano aún más trágico de lo deseable.
Es la época, no quedan dudas.. Cómo la época del amor es el fin del verano.
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